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Consumo de una caldera industrial

Las calderas son una de las herramientas fundamentales en cualquier proceso industrial y, a su vez, uno de los elementos que mayor consumo generan.

Es por ello, que tanto su funcionamiento como su rendimiento tienen que manejar un alto nivel de eficacia y de eficiencia, ya que ofrecerá una reducción de costes lo más ajustado posible, adquiriendo doble beneficio.

Al principio, adquirir una caldera con las prestaciones adecuadas puede suponer una inversión elevada, pero en términos contables, se amortiza con el paso del tiempo. Además, el ahorro energético ayuda a contribuir con el medio ambiente alcanzando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Consumo de calderas eléctricas

En lo que respecta al consumo de calderas eléctricas, dependerá del precio de la electricidad en ese momento. 

Una de sus ventajas principales es que sus emisiones de CO2 son nulas.

El proceso de instalación es muy sencillo ya que se envían ensambladas y cableadas en un skid (estructura metálica). 

Además, el coste de mantenimiento es prácticamente nulo, siendo solamente necesaria la revisión anual obligatoria. 

Además, los esfuerzos a nivel global para la descarbonización y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles hacen que encaje en las nuevas políticas de responsabilidad corporativa

Es cierto que el coste de una caldera eléctrica es más elevado que el de una convencional, pero esto se compensa con todas las ventajas mencionadas anteriormente.

¿Cuál es el consumo en una caldera industrial?

El consumo de una caldera industrial convencional está condicionado por muchos más parámetros que para el primer caso de estudio. En primer lugar, depende del tipo de combustible que se queme (gas natural, propano, diésel, biogás…), además de otros factores a tener en cuenta como son la presión y temperatura. 

Si el valor de la temperatura del vapor a la salida es alto, se puede utilizar la energía térmica contenida en los gases para calentar el agua de alimentación.  De esta manera, por medio de un economizador, se consigue incrementar el rendimiento de la caldera

Métodos para reducir el consumo y mejorar la eficiencia de una caldera

Si lo que se busca es obtener la mayor eficiencia posible y el mayor ahorro energético, lo ideal será fabricar una caldera a medida, de manera que esté diseñada de acuerdo con las condiciones de trabajo del cliente.

Muchas veces se comete el error de elegir una caldera estándar por ser más económica. En el momento de compra, puede parecer lo más sensato, pero a lo largo de la vida de la caldera se observa que esto no es así. Si se diseña en función de las necesidades del cliente, esta inversión inicial se terminará amortizando a lo largo de la vida útil de la misma, obteniendo una eficiencia mayor que con las calderas tipo estándar.

Las combinaciones para llegar a alcanzar el objetivo son muchas ya que existen infinitud de maneras de reducir el consumo. Contaremos las maneras más utilizadas para alcanzar dicho objetivo.

En lo que respecta a la optimización del uso de un quemador, incluir un variador de frecuencia es algo muy recomendable ya que repercute favorablemente en el ahorro del combustible. Lo que permite regular de una manera más precisa la velocidad, reduciendo los procesos de purga significativamente

Otro factor a tener en cuenta es el uso de sobrecalentadores y economizadores, mencionados en el apartado anterior. Un sobrecalentador no es más que un intercambiador de calor gases-vapor que ayuda a sobrecalentar el vapor por encima de la temperatura de saturación.

Otro aspecto destacable para lograr alargar la vida de la caldera es la calidad del agua. Es recomendable el uso de dosificación química o descalcificadores. Se debe hacer hincapié a los responsables sobre el correcto tratamiento del agua de alimentación y las tareas propias de mantenimiento, ya que un seguimiento adecuado evitará problemas más severos.